lunes, 11 de mayo de 2015

¡¡Que nos quiten lo bailao!!



Que agradable despertar junto al río, he vuelto a pasar algo de frío por culpa de la humedad, pero abrir los ojos y ver esta imagen, cura cualquier mal anterior.

Aprovechando que estamos en un camping, me doy una rápida ducha y me visto con ropa de montaña; preparada para disfrutar de ella. Hoy visitaremos varias cascadas.
Mientras desayunamos, ponemos la olla en marcha con algo de pasta para llevarnos de ruta y comer por ahí.


Ya de camino a la primera cascada, de nombre Savica, pasamos por el mismo lago Bohinj; lo visitaremos después de esta primera cascada.


En breve llegamos al área recreativa donde encontramos un buen parking gratuito, un restaurante y alguna tienda de souvenirs.

Esta pequeña ruta para ver la cascada Savica es de pago. 2´50€ tienen la culpa de una preciosa subida de 20 minutos sobre un bosque encantador. 






El tramo se nos hace corto y enseguida nos encontramos con doña Savica. La altura de dicha señora son 78 metros, de los cuales 25 metros son visibles desde este punto. Sus aguas nacen desde el mismo valle del Triglav.














Nos encontramos solos en este lugar. En el lado contrario a este mirador, se puede observar, a lo lejos, el lago Bohinj.
















En plena calma y disfrute de este lugar, una manada de adolescentes guiados por su profesor, interrumpe esta tranquilidad. Es momento de salir de aquí. Una cómoda y bien acondicionada bajada y enseguida estamos en la furgo.












Retrocedemos pocos kilómetros hasta el corazón del mismo lago Bohinj. Un pequeño llano pegado a la carretera es donde aparcamos la furgo para poder bajar a orillas del lago a tomarnos uno de nuestros momentos de gloria del día. Nada se escucha a pesar de la inmensidad del lugar, solo ese silencio que la naturaleza es capaz de aportar con su fino sonido de fondo. La mejor de las bandas sonoras que existen en el planeta.









Ya cuando decidimos retomar rumbo, cogemos carretera dirección NE hacia la ruta de Vintgar. Llegamos a la caseta de entrada (es ruta de pago) y aparcamos en un solitario aparcamientos que hay allí mismo. Cogemos bártulos y vamos hacia la caseta dispuestos a pagar, cuando vemos que está cerrada y hay unos cuantos obreros arreglando la entrada. Vemos una valla de madera impidiendo el paso a el sendero con la palabra “zaprto”. Intuimos que quiere decir “cerrado”, pero como buenos extranjeros, nos hacemos los suecos y como no entendemos lo que pone, decidimos pasar e investigar hasta donde podamos. Ninguno de los obreros que hay allí nos impide el paso, así que… muy malo no debe ser.





Con cierta intriga por la situación, pero con dos dedos de frente y dispuestos a retroceder si no vemos terreno seguro, comenzamos a caminar sobre la pasarela de madera anclada en la misma pared de la montaña, pudiendo recorrer la garganta desde su interior.





Un agradable paseo recorriendo dicha pasarela sobre las aguas del río Radovna; no hay nadie más por la zona y aún hace este paseo más atractivo. Únicamente, por detrás nuestra, tres personas dudosas de entrar, acaban siguiendo nuestros pasos.







Sigo disfrutando de esta maravilla hasta que alguien rompe el encanto… Son dos obreros que vienen de frente y solo hacen gestos con la mano de que no se puede pasar. Le digo que voy a hacer un par de fotos más y nos volvemos.

Bueno, de no verla, al menos hemos visto un buen trozo de esta garganta… Que nos quiten lo bailao, ¿no? Regresamos a la furgo, sacamos mesa y sillas y comemos. Mientras tanto, estudiamos la posibilidad de llegar a la ermita, por la cual pasaba esta ruta que teníamos en mente, y acceder al esto de la garganta desde allí.

Nos han dicho que está cerrada y una vez dentro de ella, nos han pedido que la abandonemos; pero no nos pueden dar un caramelo y quitárnoslo en el momento de sabor más intenso. Así que, nos dirigimos a dicha ermita atravesando un pueblecito con calles muy estrechas y empinadas. En lo alto, ya en la ermita, encontramos unas vistas preciosas, un bar cerrado, unos columpios y un sendero por el que caminar. Y caminamos… caminamos sobre un bosque, parece que en dirección correcta a ver el final de la garganta de Vintgar. Y así es, la caseta de salida y un puente de madera sobre la cascada Sum, nos dicen que hemos llegado donde queríamos llegar. 


Volvemos a saltarnos la valla que impide el paso y nos adentramos, de nuevo, en la garganta; esta vez desde su otro extremo. Este tramo sigue siendo igual de bonito; hasta una cascada artificial, provocada por la construcción de una presa, hace mágico este lugar. 



Pocos metros más adelante, es cuando vemos la zona llena de trabajadores colocando redes en la ladera de la montaña para evitar desprendimientos sobre los turistas. Una vez más, otra ruta muy bien acondicionada y segura para el paso de todo aquel que quiera visitarla, previo pago… aunque este último detalle no nos haya incluido a nosotros. Lo invertiremos en otra cosa.






















  

Nos damos la vuelta y bajamos a ver la cascada Sum lo más cerca posible. Un buen rato de relajación viendo y escuchando su caída de agua y regresamos a la ermita en busca de la furgo. El camino de vuelta es por el mismo bosque encantador de antes, pero ahora también nos acompaña el atardecer.













Cogemos carretera disfrutando del paisaje que no nos abandona en ningún momento. Tomamos dirección sur, hacia casi el centro del país, con destino Skofja Loka, pasando antes por la curiosa localidad de Stara Loka, de obligada mención.




Vemos un parking enorme y abierto. Ya está claro donde dormiremos hoy. Aparcamos y vamos a dar una vuelta por todo el casco histórico de este municipio, incluido su castillo.




Me enamoran sus coloridas y alegres calles, se hace muy acogedor caminar por aquí.


















 Y el castillo en sí no me llama mucho la atención, pero si su jardín con, aún muy bien conservados, material antiguo para tratar los campos.







Bajamos del castillo y seguimos un rato más perdidos por las calles y el encanto de Skofja Loka; pero ya estamos algo cansados de caminar hoy y regresamos a la furgo para cenar algo rápido, hablar un rato y acostarnos sin llamar la atención.





Otro día exprimido, otro día vivido…



Lahko noc…





No hay comentarios:

Publicar un comentario