Tengo la sensación de que no existe un lugar mejor para estar en este momento. Vuelvo a sentir la imponente fuerza del mar en mi. El día es perfecto para despedirme de este camino, camino que finalizo pero dónde me da el inicio a otro; empiezo un nuevo camino en mi vida, siempre ocurre cada vez que acabo mis días en el camino de Santiago. Empiezo con fuerza, con la mente despejada, con ganas de vivir cada segundo y siendo un poco mejor persona de lo que ya era.
martes, 23 de mayo de 2017
Etapa 11: una flor a cambio de tu sonrisa.
Tengo la sensación de que no existe un lugar mejor para estar en este momento. Vuelvo a sentir la imponente fuerza del mar en mi. El día es perfecto para despedirme de este camino, camino que finalizo pero dónde me da el inicio a otro; empiezo un nuevo camino en mi vida, siempre ocurre cada vez que acabo mis días en el camino de Santiago. Empiezo con fuerza, con la mente despejada, con ganas de vivir cada segundo y siendo un poco mejor persona de lo que ya era.
lunes, 22 de mayo de 2017
Etapa 10: En lo alto de una colina
Anoche no tardé ni 5 minutos en dormirme desde que me tumbé. Hoy despierto algo cansada pero con ganas de caminar. Nos dan de desayunar en el convento una miserable coca de azúcar con café, que para lo que nos cobraron ya podrían habérselo trabajado un poco más. Pero como buena peregrina, agradezco y no exijo.
Me salgo a la calle a esperar a Fabián y a Paula que tardan un ratito en bajar; hoy me apetece caminar con ellos.
¡venga, abuelo! Que por lo que he visto, hoy la etapa será bonita. Larga, pero bonita.
Los primeros pasos son de lo más agradable, nos llevan a pie de playa y es un auténtico placer caminar por la arena de buena mañana. Son algo más de 4 kilómetros de playa que nos llevarán directos a coger un barco que nos dejará a los pies de Santoña. Me resulta curioso esto de ir cogiendo barcos en medio de las etapas, le da encanto al día.
sábado, 20 de mayo de 2017
Etapa 9: la fuerza del mar
El concierto duró toda la noche, era algo insufrible todos aquellos ronquidos continuos. Y para rematar, a las 4:30 de la madrugada, los primeros peregrinos se han puesto en marcha...¿a las 4:30? ¿dónde vais? ¡A Galicia mínimo! No puedo creérmelo.
Antes de las 7 decido ponerme en marcha, esa habitación era como el metro de Madrid en hora punta. Apenas he descansado, estoy agotada.
Fabián había tenido el mismo problema y al ver mi cara, entendió que yo tampoco había dormido casi.
Lo preparo todo y salgo al comedor a desayunar, hoy necesito el té directamente en vena. Estoy de mal humor y no tengo ganas de hablar con nadie.
Esta noche parece que ha llovido, pero mientras todos se preparan con chubasqueros, Fabián, Paula y yo miramos el cielo y vemos que pronto despejará.
Abuelo espero que estés más despierto que yo y me ayudes a arrancar, sino hoy lo tendremos complicado para llegar a Santoña. ¡vamos a luchar, guerrero!
Empiezo a caminar sola, de verdad que no quiero cruzarme con nadie; y nada más salir me veo al canadiense de todos los días, ese que nunca deja de hablar. El venía de otro albergue y justo coincide conmigo en los primeros pasos. Menos mal que sólo he tenido que saludarlo, no quiero ni hablar conmigo misma.
La etapa comienza con una fuerte subida por asfalto para cargar bien las pilas; aunque eso sí, después el camino continúa por una agradable senda que me deja los primeros rayos de sol de la mañana. Amaneceres hermosos en tierras cántabras... voy recuperando el buen humor.
viernes, 19 de mayo de 2017
Etapa 8: Agur!
Hoy soy de las primeras en despertarme, entra ya mucha luz por la ventana y veo que ya son las 7:00. Me sorprende que no haya apenas nadie que se haya levantado ya que la etapa de hoy es larga. Pongo en marcha el cuerpo y voy a mi rutina mañanera, que sobra decir cual es.
Ya con todo listo, me preparo un té y salgo a la calle a tomármelo; allí está la chica madrileña y el hospitalero. Pasamos un rato divertido mientras el hospitalero, Martí, nos cuenta chistes sobre los de Bilbao.
Son las 8:30 y creo que ya es hora de ponerse a caminar. Si no me equivoco, abuelo, hoy volveremos a ver el mar.