jueves, 16 de abril de 2015

Hoy he decidido volver...






23/01/2015

Hoy es el día que decido empezar a escribir como va a ser uno de los grandes viajes de mi vida. He pensado que puede ser bonito empezar a escribir desde el momento en que se planea este viaje…


En una de tantas conversaciones que tenemos Sergi y yo, hace varios meses, hablando de cuáles son nuestros próximos destinos de viaje, le comento que quiero hacer el camino del norte (caminar por el país vasco, Cantabria y Asturias con el mar cantábrico a mi derecha) y le invito a que me acompañe si le apetece. No descarta la opción, pero dice que lleva idea de visitar Eslovenia…

Conforme va pasando el tiempo, es él quien quiere convencerme para que yo le acompañe a Eslovenia. En varias ocasiones me pierdo en internet observando los paisajes de allí y ufff… Los alpes julianos me están llamando a gritos… Tengo ilusión por ver en directo todo eso… por caminar por esas montañas…

Me digo a mi misma que el camino de Santiago siempre lo voy a tener ahí, pero que viajar en compañía a un lugar tan maravilloso, es una oportunidad que se me está presentando y no puedo rechazar. Hablo con Sergi y acordamos en hacer lo posible por cuadrar nuestras vacaciones y poder emprender esta aventura juntos.

Llega el mes de enero (2015) y Sergi habla con su empresa, rechazando sus vacaciones de verano, para que le den 3 semanas en el mes de Abril (a los dos nos gusta viajar en estas fechas por el clima).

Pedir mis vacaciones es más complicado, en mi empresa somos más personal para cuadrar fechas y estoy un tanto ansiosa por que saquen el cuadrante de vacaciones y apuntarme rápidamente en el mes de Abril.

Por fin llega ese día y ahí voy yo… la primera en solicitar 3 semanas de mis vacaciones en el mes de Abril. La mayoría de mis compañeros ya saben cuál es mi propósito en estas fechas. Rápidamente informo a Sergi de esto, ya falta menos para poder empezar a planear detalles.

Llego al día siguiente al trabajo y, ¿cuál es mi sorpresa? ¡¡4 personas más se han apuntado en las misma fechas que yo!!! Nooooooo!!!... Mi cara se desencaja, me empiezan a comer los demonios por dentro y mi mente se nubla. No quiero enfadarme, pero siento mucha rabia… Sé que es imposible que 5 personas nos vayamos a la vez de vacaciones, con lo cual, seguramente, acabe siendo a suertes… ¡¡¡Y no confío en mi suerte!!! No quiero dejar en manos de la suerte un viaje así, me niego. Con este sentimiento de rabia, pero con valor para contenerme y hablar las cosas como buena adulta que soy (que serio me ha quedado esto…), me dirijo a algunas de estas compañeras que han coincidido con mis vacaciones y les digo cual es mi situación. Me conocen y saben que mi vida es viajar… Menos mal que son gente que aprecio y me aprecian y llegamos todas a un acuerdo. Me lo ponen muy fácil... Yo entiendo su situación, pero yo solo tengo esa oportunidad (sin contar con la parte de que Sergi ha rechazado sus vacaciones de verano por coger esta fecha).

Parece que voy a tener el viento a mi favor, pero aun me quedan unos días por delante para que esté todo confirmado. Hasta entonces, no me quiero hacer ilusiones del todo…



Siempre tengo un plan B en viajes, pero, ¿no lo escucháis? Eslovenia me está llamando…












La oportunidad…



Ya es Febrero y sigo sin noticias sobre la fecha de mis vacaciones. Este año están un poco complicadas las cosas a causa de irresponsabilidades ajenas a mi tienda y que estamos pagando toda la empresa. No quiero hacer más comentarios sobre ello porque estoy bastante indignada.

Solo saben sus vacaciones los compañeros que se van dentro de 2 semanas, al parecer van a ir avisándonos así. Yo sigo preguntando sobre las mías, que son las que realmente me interesan, y cada día me dicen una cosa nueva. Ya no se qué pensar… En teoría tengo aseguradas las que pedí, pero no tengo nada confirmado aún.

A pesar de la incertidumbre de la situación, Sergi y yo ya llevamos días planeando nuestro viaje al paraíso… porque aquello es el paraíso. El triglav y su inmensa belleza, hasta sus carreteras son bonitas. Caminar o conducir con los alpes como paisaje principal tiene que ser algo increíble.

Lo que he llegado a ver, a través de internet, de todo aquello, ya me ha enamorado. Es como un cuento, es como los prados aquellos por donde Heidi se dejaba caer… es otro mundo…

Bien es cierto, que he visto mucho menos de lo que realmente quiero ver; me explico: Sergi está mucho más implicado que yo recogiendo información de senderos y lugares que visitar. Yo no estoy mirando demasiado solo por el hecho de que aun no se seguro si voy a poder ir o no… y tengo demasiadas ganas de hacer este viaje como para que me digan en la empresa que no puedo coincidir mis vacaciones con él. No quiero hacerme demasiadas ilusiones, que me conozco y el golpe luego es duro de pasar.

Aún así y con lo soñadora que yo soy, es inevitable tener la cabeza perdida imaginando como va a ser ese viaje. Soy capaz de cerrar los ojos y creerme de verdad que estoy caminando sobre esos valles y tocando el agua de sus cascadas; es más, hasta soy capaz de subir a la cima de cualquier pico de los que hay allí y contemplar el mundo desde allí arriba.

Lo que más me gusta de estar preparando este viaje, son las conversaciones que tenemos mi compañero de aventuras y yo. Nos entendemos tanto y tan bien que es imposible que no hagamos ese viaje. Nos ponemos soñadores y se nos pone la piel de gallina hablando de todo lo que queremos visitar. Si tenemos claro hasta lo que va a pasar… encontraremos trabajo allí, viviremos en una casa en medio de cualquier valle y con el tiempo, montaremos una escuela de idiomas. ¿Por qué no?

Tengo ganas de poder empezar a escribir desde allí y plasmar sobre una hoja todo lo que siento mientras vivo ese viaje... ese sueño…

Y aún con la incertidumbre en el aire, sin saber fecha y sin confiar en mi suerte (cosa que ya dije anteriormente), estoy segura de que nos iremos… porque este viaje no es suerte, porque este viaje es un destino marcado en nuestras vidas. Porque creo y confío ciegamente en que la vida nos va a dar la oportunidad de vivir algo así, de soñar con los ojos abiertos.

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