Mi dedo infectado está casi como nuevo y creo que voy a ser capaz de andar con mis botas, así que después del ritual de protección, me las pongo y no noto apenas molestia. Por lo demás, no me duele nada, solo me encuentro algo cansada.
Vuelvo a empezar a caminar con Oscar y Ali; Javi también se une a nuestra marcha.
Salgo con la idea metida en la cabeza de que hoy voy a seguir viendo campos de viñas y no voy desencaminada, al menos al principio de la etapa.
Van todos con ganas de hablar y yo solo quiero tumbarme y seguir durmiendo, así que me adelanto unos pasos y me meto en mi burbuja hasta el primer pueblo, Azofra.
Llegamos aquí y decidimos parar en un bar a coger fuerzas, pues durante los próximos 10km no encontraremos nada en el camino.
Seguimos la marcha y empezamos a coger cada uno nuestro ritmo y empezar a caminar más separados: Oscar aprieta el paso y se adelanta, Ali decide conectar con el mundo y se pone los cascos para escuchar las noticias y retrasa su paso; y yo me guardo las manos en los bolsillos y disfruto del paseo. Javi iba un poco más atrás de mi y en poco rato me alcanza y empezamos a hablar de muchas cosas que sentimos al estar haciendo el camino... Le hablo de que una de las cosas que me gusta de esto es que estoy desconectada del mundo; no veo las noticias, no escucho la radio,no se lo que pasa en el exterior. Ni siquiera miro el reloj y el movil lo enciendo un par de horas al día. Me encanta la posibilidad de alejarme de la rutina.
Le cuento que me gusta empaparme del sonido de la naturaleza, perderme observando los paisajes que tenemos al alcance de nuestra mano y adoro respirar hondo y notar que es 100% oxigeno, no hay contaminación.
Me dice que es la primera vez que se ve solo viajando, que no se veía capaz de ello y de lo bien que se siente por haberse quedado en el camino aunque su amigo haya tenido que marcharse. Le digo que es la mejor decisión que ha tomado, que esto no podía perdérselo.
Me pregunta que qué es lo que tiene el camino para que todo el mundo saque lo mejor que tiene, porque hay tanta hospitalidad, porque aunque estemos destrozados tengamos ganas de seguir caminando cada día, porque todos sonreimos...muchas preguntas ciertas que yo también me hago, pero se que la respuesta está en que: Esto es la magia del camino...
Y eso es lo que yo le contesto a Javi.
Por todas estas cosas estoy aquí repitiendo, porque son cosas que sólo pasan aquí.
Estamos tan metidos en esta conversación que no nos estamos dando cuenta de que estamos subiendo una cuesta bastante complicada y enmedio de ella le digo: mira Javi, gírate y mira esto... Por este tipo de cosas estamos aquí.
Sin darnos cuenta estamos rodeados de campos verdes, picos de montaña nevados y una paz alucinante. Se me ponen los pelos de punta... Javi está igual de impresionado que yo.
Me cuenta que en su vida cotidiana no habla casi de estas cosas con nadie porque no le entienden y le noto como aliviado al hablar conmigo porque puede hablar con total tranquilidad, porque lo mismo que yo siento lo siente él. Son sensaciones muy gratificantes, pero no todo el mundo las vive...
Unos kilómetros después, llegamos a Cirueña y decidimos esperar a Ali en la entrada; es ahí donde Javi me pregunta si el camino te cambia tu forma de ver la vida. Le digo que a mi si que me cambió, aquí aprendí a valorar los pequeños detalles, a agradecerlos, a vivir con lo mínimo, a ser más independiente...aprendí a ser mejor persona en general y a darle importancia a las cosas que realmente la tienen.
Llega Ali y continuamos andando, ya solo nos quedan 6km para el fin de la etapa de hoy. Con Ali también tenemos conversaciones muy interesantes que nos hacen muy ameno el camino.
Vuelvo a adelantarme unos pasos y a disfrutar en solitario del precioso paisaje que hoy me acompaña. Estoy teniendo una etapa muy bonita en todos los aspectos...
Santo Domingo de la Calzada a mis pies. 21km en calma y...¡¡Fin de etapa!!
Pasamos por un supermercado para cargar algo de comida, contactamos con Oscar que ya nos había reservado cama y vamos a buscar el albergue.
Ya duchada y llena de hambre, me dirijo a la cocina a preparar la comida. Hoy me he comprado una pizza y mientras espero a que se hornee, coincido con un niño que también iba a hacerse una. Le ofrezco hornear las dos a la vez y muy agradecido, me dice que si. Comenzamos a hablar y me cuenta su historia... Se llama Dénis, tiene 13 años y es de Mallorca; está haciendo parte del camino con su madre, la cual aún no había llegado porque ella lleva otro ritmo. Dice que vienen todos los años en semana santa y hacen varias etapas. Les gusta mucho ir en plan turístico parándose a ver los monumentos, ruinas y demás que puedan haber cerca del camino. Es un niño muy agradable que hace que los 20minutos que tarda mi pizza en cocinarse, se me pasen volando. Se me ha hecho muy interesante hablar con él, aparte de admirar el hecho de que haga el camino con su madre...
Me voy a comer y a la cama a descansar. Hoy es el primer día que duermo algo de siesta, me duele la cabeza y el cuerpo me lo pedía.
Me despierto con ganas de escribir mi blog y contaros el día tan bonito que he tenido y aquí estoy...
Ahora voy a visitar el pueblo, pues es jueves santo y hay bastante movimiento por la calle; además, tiene pinta de ser bonito el lugar.
No me equivocaba, el casco antiguo es precioso y una vez más, su catedral me fascina. Estoy cogiéndole un gusto a las catedrales que ni yo misma conocía.
Justo en la puerta del albergue, en la plaza, hay una feria de productos artesanales que no hay quien se resista, pero yo lo hago... 1 gramo de más en mi casa/mochila, es muchísimo peso.
¡¡Ah!! Llevo varios días sin ver a mis maestros gallegos... Los echo de menos... Pero creo que ya no voy a coincidir más con ellos, ojalá me equivoque.
Buenas noches y buen camino....
Adelante Marta!!! Sigue así, disfruta.....b camino
ResponderEliminarAdelante Marta!!! Sigue así, disfruta.....b camino
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